Descripción
La exposición humana a las vibraciones puede producir sensaciones de placer, disconfort y hasta dolor, interfiriendo en actividades como la lectura y los movimientos de control de la mano. La vibración puede inducir desordenes que conducen a cambios artríticos en las articulaciones de las vértebras o en articulaciones como las de la mano, codo y hombro (por ejemplo operarios de taladros neumáticos, máquinas compactadoras de tierra…). si éstos cambios se producen en la región de la nuca, se limita el flujo sanguíneo hacia la cabeza, y si se reciben oscilaciones o frecuencias por debajo de 0.5 Hz dan como resultado mareos o sensaciones de inestabilidad, sobre todo con movimientos repentinos de la cabeza.
Las temperaturas extremas tienen una especificidad propia en el campo de la Higiene Industrial, debido a una serie de factores entre los cuales cabe destacar, la asociación del calor y del frío como agentes potenciales de generar riesgos profesionales y/o con problemas de confort térmico; lo que lleva en algunas ocasiones, a cierta confusión sobre lo que se pretende evaluar, si es el confort o un riesgo profesional; aunque es evidente que cuando se da el riesgo profesional, éste va acompañado por el disconfort, pero no necesariamente lo contrario. Otro de los aspectos que es necesario tener en cuenta, es el relacionado con los efectos derivados de la exposición a temperaturas extremas, debido a que muchos de los síndromes que producen, son reversibles y pueden aparecer en espacios cortos de tiempo, a diferencia de otras enfermedades profesionales, cuya aparición se da después de exposiciones crónicas y su extinción es lenta o imposible.